2º entrada - ¡Cuánto urge coeducar!

 

(En realidad esta debería haber sido la primera entrada al blog, pero bueno, no pasa nada).

Coeducar, coeducación, igualdad, equidad, mismas oportunidades. Cuantísimas veces hemos escuchado/leído/visto/comentado y un sinfín de etcéteras estas expresiones, sobre todo en el ámbito educativo (al que nos dedicamos las y los participantes). Si me ciño a mi círculo (mi familia, mis amigas y mis compañeras de trabajo), veremos una diversidad de roles asignados increíbles. Y de sentires.

En casa he tenido la suerte de tener un clima más equitativo y justo. Mis padres son también docentes (mi madre de hecho es coordinadora del plan de igualdad de su cole) y siempre han sido conscientes de los estereotipos de género que se nos han asignado a las mujeres, nuestro rol de cuidadoras por antonomasia y por obra y gracia del patriarcado (algo que sí han vivido mis abuelas en todo su apogeo). No obstante, puedo decir (afortunadamente) que vivimos en un entorno medianamente sano, en el que convivimos y nos encargamos de todo lo referente al hogar por igual, no sólo en contribución económica sino también en el reparto de tareas, aunque de vez en cuando tengamos nuestras trifulcas en casa y discrepancias. 

El caso de mis amigas es otro rollo. Rol de cuidadoras totales, rol de sufridoras totales, precarias, sin trabajo estable. Sin cargas familiares a nivel maternal pero sí a nivel de sostener hogar. Qué concepto tan victoriano del que teníamos que habernos deshecho hace tantos años....y qué difícil, qué difícil es emanciparse cuando eres mujer, de clase obrera y con una carga de emociones y movidas colgando a las espaldas. A su lado me siento afortunada en ese sentido. 

Y bueno, el paradigma de las compañeras de trabajo. La eterna lucha. La conciliación que no se puede, las heridas del tiempo (que es tan puñetero que no perdona nunca), el cansancio después de llegar de trabajar. Haz de comer a tus criaturas, baña, cuida, ayúdales con la tarea, sé madre, animadora infantil, cuentacuentos y multitask. Y, dónde están esos padres, ¡que alguien lo explique! ¡Dónde! ¿Tanto les ocupa su trabajo como para no cuidar? Rescato de aquí un eslogan del 8M en mi pueblo: "No cuidar no es un derecho, es un privilegio". Y por eso, urge tanto coeducar. Porque cuidar, es asunto de toda la sociedad. Citando a Astrid Agenjo, "somos seres interdependientes". Necesitamos cuidarnos entre todas y todos. Necesitamos dejar de asignar roles de eternas cuidadoras a las mujeres y hacer que todo sea colectivo. 



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