3º entrada - Estereotipos - de cerebros rosas y azules: pelear como niña y masculinidades hegemónicas

 

Los vídeos que se nos han presentado en esta tarea, son muy aptos hoy en día para trabajar los estereotipos de género así como lo denominado "nuevas masculinidades", desechando el concepto de hombre sin sentimientos, machote, preparado para el libre mercado, competitivo y ambicioso, deseando rescatar a la damisela en apuros, bonita, dulce, sumisa, con miedo a equivocarse y a fallar y a no ser lo suficientemente perfecta. Por supuesto que estos estereotipos creados a partir de los binomios de la sociedad y los cerebros azules y rosas que han querido imponer desde tiempos inmemoriales hacen daño tanto a chicos como a chicas. La fragilidad que evita la masculinidad frente a lo prohibido en la feminidad, ambas hegemónicas y totalmente dañinas para todas y todos. Mientras que a los chicos se les enseña a que llorar es de niñas, a las chicas se les impone que un 80% del mundo de los deportes son territorio masculino. 

Urge trabajar el patriarcado desde la infancia y el daño que nos causa a todas y todos: adultos/as, niños/as, personas de la tercera edad. Desde que nacemos, los patrones culturales y los binomios nos acechan a toda la sociedad de manera aberrante y alarmante. Para ir paulatinamente erradicando estos pensamientos, hay que concienciar que no sólo existen el rosa y el azul. También hay amarillo de vitalidad y sol, rojo de amor y rabia, violeta (color feminista por excelencia), blanco de pureza y bondad, negro de elegancia y noche. Las personas podemos ser de diferentes sentires, pensares, formas de amar y querer. Coeducar, mucha acción tutorial y muchas herramientas para trabajar estos aspectos (como por ejemplo talleres con Isa la Psico Woman, muy apta sobre todo para las adolescencias y estas edades en la que todo está a flor de piel).

No sólo los deportes, las manualidades, el arte, las profesiones que tienen que ver con los cuidados, el campo científico son asuntos que pueden afectar en mayor o menor medida a los y las niños/as y adolescentes, o incluso a personas adultas. También es la moda y la estética. Cada vez hay más niños que se atreven a pintarse las uñas, a llevar maquillaje o tacones, elementos ligados a lo femenino, y que, cada vez, hay muchos más que deciden desafiar a lo heteronormativo y a lo preestablecido en los códigos culturales. Al igual que cada vez hay más niñas que desean pertenecer a las ciencias, un campo de trabajo totalmente masculinizado y en el que la presencia femenina se veía totalmente invisibilizada. Desde aquí, podría abordar este tipo de asuntos en el ámbito laboral principalmente, asesorando al alumnado a que rompan las reglas y desafíen a esos mandatos de género. La ayuda y escucha es crucial para ir superando estos hándicaps.